Por Agustín Landa.
En la sociedad civil organizada contar con una buena gobernanza nos permitirá integrar con eficiencia un Consejo Directivo en cada organización, un órgano fundamental para el éxito y la sostenibilidad del trabajo e impacto a favor de las poblaciones y comunidades que atendemos.
Un área de oportunidad que con frecuencia enfrentamos las iniciativas sociales es entender que contar con un órgano de gobierno, un grupo de personas que colaboren voluntariamente, contribuye a delinear los criterios de dirección, enriquecer los proyectos y consolidar una procuración de fondos efectiva para la sostenibilidad de la misma.
El órgano de gobierno puede estar conformado de distintas maneras según las necesidades de cada causa: las identificamos como Asamblea o Patronato, Consejo Directivo, Mesa Directiva, Consejo Consultivo o Consejo Asesor, Comités y Comisiones. En una organización civil, con frecuencia optamos por el Consejo Directivo, con el apoyo de un Consejo Consultivo y respectivos Comités y Comisiones; pero por ejemplo cuando se trata de instituciones de asistencia privada optamos por la figura del patronato. La coincidencia en la mayoría de los casos es que quienes integran dichos órganos de gobierno asumen determinadas responsabilidades con la organización y su comunidad a la que representan.
Por ahora vamos a centrarnos en la figura del Consejo Directivo, el órgano que acompaña a la Dirección ejecutiva en las definiciones estratégicas, en el monitoreo y seguimiento de la Planeación Estratégica y operativa. El Consejo se vuelve de suma importancia por las siguientes razones:
Son el vínculo principal entre la comunidad y la organización.
Se vuelven la piedra angular en la procuración de fondos.
Entusiasman a la organización al proporcionar su trabajo voluntario y apoyar a la organización en temas específicos en los que tienen expertise.
Proporcionan donativos y relaciones personales, quienes pueden ser prospectos para convertirse en socios donantes de la organización.
La participación del consejero en la organización avala la importancia de la causa, da renombre y credibilidad.
Establecen la misión y visión de la organización.
Ven el panorama general de la organización sin estar dentro de la operación, lo cual mantiene un enfoque en el cumplimiento de la misión.
Proveen su tiempo, talento, tesoro y sentido de trascendencia.
Un Consejo se debe formar estratégicamente basado en las necesidades presentes y futuras de la organización. Además, de incrementar la visión institucional, todos los consejeros deben de tener alguna capacidad de relacionamiento o de conseguir donativos
Este Consejo delega en una mesa directiva el acompañamiento más cercano a la Dirección ejecutiva y el equipo de la organización. Y puede estar formada por:
Presidencia: la persona al frente preside los órganos de gobierno, colabora con una vinculación cercana y frecuente con la Dirección ejecutiva, cuenta con responsabilidad en ámbitos legales y en ocasiones funge como representante legal de la organización.
Secretaría: responsable de mantener vigentes las políticas de los órganos de gobierno, de documentar las sesiones de consejo, asegurarse de que cumplan con los requisitos estatutarios y dar seguimiento a los acuerdos.
Tesorería: da seguimiento puntual a las finanzas de la organización, así como de preparar los estados financieros junto con la persona responsable en el equipo operativo y de presentarlos para su aprobación en los órganos de gobierno.
Comisariato: responsable de realizar auditorías de control interno y de acompañar la auditoría externa anual. Asimismo vigila que no existan conflictos de interés y aprueba políticas y procedimientos.
Dirección ejecutiva: dirige los esfuerzos para alcanzar la misión y visión de la organización, define junto con los órganos de gobierno las áreas estratégicas en las que se involucran, diseña los programas, les da seguimiento y supervisa al equipo operativo para cumplir los objetivos estratégicos.
Las personas que lo integran, ponen a disposición de la organización, en forma honoraria, sus capacidades, experiencia y relaciones, con lo que incrementa los recursos de la organización. Se convierten en embajadores que propician un mejor posicionamiento de la OSC en el contexto local, regional o nacional.
Mientras reforzamos las prácticas de transparencia, rendición de cuentas y la toma de decisiones efectiva mediante la colaboración de los consejeros; potenciamos el logro de nuestros objetivos, la sostenibilidad e impacto.
Pero, ¿qué parámetros usamos para integrar a las personas que conformarán nuestro Consejo Directivo? De acuerdo con el Paquete de Gobernanza Institucional Programa la Sociedad Civil de USAID, se definen en 3 ejes:
Que sea:
-Alguien con excelente reputación en la comunidad.
-Alguien que inspire confianza dentro y fuera de la asociación.
Que sepa:
-Cómo contribuir con gran interés en el mejoramiento de su comunidad y del sistema de gobierno.
-Sobre los temas estructurales y estratégicos que se tienen que atender.
Que haga:
-Lo necesario para involucrarse en las actividades del órgano de gobierno, aportar sus contactos y abrir puertas para conseguir recursos.
Las responsabilidades de las personas que integran un Consejo Directivo dentro de la procuración de fondos es fundamental. De acuerdo con la Alianza Fronteriza de Filantropía una buena práctica es que todos los integrantes del órgano de gobierno de una organización sean donantes antes de salir a solicitar donativos.
Si bien no es indispensable que todos los consejeros donen una cantidad grande, lo que es relevante es que el 100% aporten una cantidad significativa según la capacidad de cada uno, a la vez que contribuyen con diversas acciones y estrategias de procuración de fondos aportando sus contactos y relaciones, y en la identificación, cultivo de donantes y solicitud de donativos.
En este sentido, la propia Alianza Fronteriza de Filantropía define algunas de las responsabilidades que se asumen como miembros del Consejo Directivo de una OSC:
Hacer una contribución económica significativa de manera anual a la organización.
Conseguir donativos y promover a la organización y sus actividades entre sus círculos de influencia.
Abrir las puertas al personal de la organización para solicitar donativos.
Contribuir en la identificación, reclutamiento y selección de nuevos consejeros que apoyen de manera económica a la organización y en las tareas de procuración de fondos.
Entender y supervisar los esfuerzos de procuración de fondos de la organización.
Asegurar que la organización cuenta con un plan estratégico que integre un plan de procuración de fondos diversificado y que se adhiere a los más altos estándares éticos.
Ayudar en las actividades de agradecimiento y reconocimiento a los donantes.
Comunicarse con prospectos y donantes para darles a conocer el importante trabajo que realiza la organización.
Asistir a los eventos especiales que realiza la organización e invitar a otros a asistir.
Capacitarse en procuración de fondos para perder el miedo a pedir.
Participar en las peticiones de donativos.
Considerando estas responsabilidades, la organización que arropa a los perfiles que mejor se ajustan para atender sus necesidades desde un rol en el Consejo Directivo tienen al mismo tiempo el reto de acompañar los procesos de aprendizaje y capacitar a sus consejeros en la procuración para que puedan contribuir a su Plan Estratégico de Procuración de Fondos.
El fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil en México y una gobernanza eficiente de las mismas, se encuentran entre las principales oportunidades que se deben atender el sector en la actualidad. Al trabajar en ellas, también generamos mayor certeza y confianza entre donantes, aliados, gobiernos, voluntarios y la población con la que se trabaja, además, estaríamos abriendo nuevas posibilidades de incrementar los recursos al alcance de la organización para que podamos cumplir su misión de manera consistente.
Fuentes:
Foto de Jopwell en Pexels.
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